rincón
apoyado en las caderas de una guitarra
la torpeza de mis dedos
hieren las cuerdas en su gran ombligo
mientras el celular me mira
con ojos que me dicen que no hay mensajes tuyos
la habitación es un asco
con libros, papeles, discos, revistas
y ropa sucia tirada en el piso de madera
que no ha besado una escoba hace días
los misterios no tienen descanso
y se contornean llevándole el paso solemne
al humo que abandona mis labios
al humo que contempla a la tinta
deslizarse por el papel
dibujando signos, latidos, pesadillas, canciones
intentando aplacar las distancias
entre el cielo y la tierra
entre la luna y el sol
entre mi planeta y el tuyo
la torpeza de mis dedos
hieren las cuerdas en su gran ombligo
mientras el celular me mira
con ojos que me dicen que no hay mensajes tuyos
la habitación es un asco
con libros, papeles, discos, revistas
y ropa sucia tirada en el piso de madera
que no ha besado una escoba hace días
los misterios no tienen descanso
y se contornean llevándole el paso solemne
al humo que abandona mis labios
al humo que contempla a la tinta
deslizarse por el papel
dibujando signos, latidos, pesadillas, canciones
intentando aplacar las distancias
entre el cielo y la tierra
entre la luna y el sol
entre mi planeta y el tuyo