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Silencio

"Más vale que no tengas que elegir entre el olvido y la memoria..."

durmiendo entre sueños

viernes, 28 de noviembre de 2008
sueño que llegas y callas el silencio
sueña con aquellos besos que nunca me diste

sueño que llegas para unir los fragmentos de amor que desechaste
sueña con tus labios amoldándose a los míos

sueño que llegas para concretar la complicidad de nuestras miradas rutinarias
sueña con mi respiración acariciando cada parte de tu cuerpo

sueño que me muestras el sendero que hasta ahora te encargaste de ocultar
sueña con mis manos mientras se amoldan a tus formas

sueño que me resucitas devolviéndome el corazón que te encargué ayer
sueña cerrando tus ojos y quédate con los reflejos de mi sangre

sueño con tus promesas
sueña con mis palabras aéreas

sueño…

sueña…

punto com

jueves, 27 de noviembre de 2008
tengo un blog que nadie lee…

allí guardo mis sueños
y creo que es porque no quiero dejarlos de soñar

también guardo mis temores
porque así puedo olvidar por un momento que tengo miedo

y guardo algunos secretos
porque no quiero que sean solo míos

además guardo algunas ilusiones
porque de esa manera el dolor duele menos

por otro lado guardo algunas esperanzas
porque así puedo inventarte otra vez a mi lado

y acepto que guardo algunos fracasos
porque no es bueno olvidar que cometemos errores

pero sobre todo guardo algunos amores
porque solo así puedo creer que serán eternos

y por último guardo mi silencio
para que allí se convierta en gritos y quizás me puedas escuchar

191108

martes, 25 de noviembre de 2008
Cierto día los alumnos de Teoría de la Comunicación al mando de Fuzzer (Joseph) pidieron mi apoyo en la realización de una obra musical -creo que así la podemos llamar- con la finalidad de participar en el Festival de Talentos UPN-Cajamarca, de este año. La puesta en escena consistía en mezclar y tocar unos cuantos temas del grupo La Sarita, entre los cuales estaban Globalízate, China hereje, Más poder y Esclavo; y, paralelamente, teatralizar el contenido de las letras. Además, como para terminar de adornar el pastel, el nombre de la obra llevaría mi apellido: D´ Cruzate.

No sé si mi respuesta afirmativa fue producto del entusiasmo de los chicos o producto de mi propio entusiasmo. Me ofrecí a hacer coros y apoyarlos en todo. Cuando me quedé solo en el aula pensé que los muchachos estaban buscando una forma de aplacar mi exigencia en el desarrollo del curso. Cuando les explicaba acerca de los funcionalistas, críticos, culturólogos y demás; sentía que mis exposiciones eran tan diáfanas como el color de un café bien cargado. Pensaba: ¿No será que me la quieren hacer para lograr ser beneficiados en las calificaciones? Tal vez sí. Tal vez no.

El proyecto se puso en marcha.

Los ensayos se hicieron por separado. La banda por un lado y el grupo de actores por otro. Si no me falla la memoria estuve presente en al menos cinco ensayos. De un momento a otro me di cuenta que no era parte del coro, sino de una de las voces principales junto a Joseph, quien también iba a tocar el cajón al final de la canción, o más bien dicho, mezcla. Lo que más me sorprendió fue la capacidad de Jek (Jessica) para tocar la batería. Esta chibola tiene condiciones, pensaba cuando la veía ejecutar el tema. PP Beto (José Alberto), en el bajo, era casi el director. Él ponía el ritmo y la seriedad en los ensayos. Me enteré que tocaba en una banda local conocida, Serrania. En la segunda guitarra estaba el delfín (Edwin), quien siempre llamó mi atención por su reiterada ausencia en el aula y por sus esporádicos pero bien apropiados aportes. No sé si me escuchaba o pensaba en Interpol, banda que –según él- ahora escucha. Para la primera guitarra invitamos al hermano de Fuzzer, Fernando Sánchez. Fernando tiene la misma capacidad para ejecutar la primera, así como para no dejar de hablar una vez que te tiene confianza. Un buen pata. Y claro, infaltable en los ensayos, la abejita (Kiara). Bueno, más parecía la groupie del grupo. Mentira. Mentira. No piensen mal.

Mi preocupación principal era cómo iba a encajar la música del grupo en vivo y la actuación de los chicos; la misma que se fue desvaneciendo cuando ensayamos la última semana previa al festival. Así también fue plasmándose la idea central con más fuerza: sindicar al poder político, económico y comunicacional acerca de los problemas que adolece el país; en especial el de la corrupción y el abuso del poder. Creo que los chicos quisieron decirme lo siguiente: no entenderemos toda la teoría del curso pero al menos podemos observar que hay hilos invisibles que mueven el quehacer del individuo en sociedad y que disciplinas como la sociología, psicología, filosofía, etc., han identificado dentro de las teorías comunicacionales, en especial las críticas. Era como canalizar el reclamo crítico a través de elementos “pseudoculturales”, parecía una incoherencia. No cabe duda que las perspectivas culturológicas tenían más sentido en el experimento musical.

De una u otra manera, el mensaje era el siguiente: sé libre, no seas un robot, no seas un esclavo; no caigas en la corrupción, sé parte de la solución.

Y más allá de la satisfacción de haber concretado el sueño está la satisfacción de ver crecer a un grupo de muchachos con nuevas ideas, con nuevas formas de pensar, con nuevas formas de leer, con nuevas formas de criticar, con nuevas formas de reír… sigan así, sigan adelante y gracias... Muchas gracias Joseph, Alberto, Edwin, Jessica, Kiara, Mayra (la DT), Sheylla, Alejandra, Ana María, Fiorella, Raquel, Kathia, Belú, Gaby (aunque la lechu no quería participar, ¿se sintió bien después o no?), Óscar (poncho), Paolo y William. Y cómo no mencionar a Marilya, Analí y Cinthya; quienes se aunaron al proyecto a pesar de no ser de la clase. A Fernando y a los que no estuvieron pero alentaron al grupo: Katherine, Richard y Dilson. Renato, ¿dónde estuviste?

Fuzzer: a veces el mundo no es como queremos que sea, ni lo será. Creo que tendrá un sentido en la medida que hagamos aquello que nos gusta y dejemos un pequeño mensaje antes de morir, así sea ínfimo. Algunas veces no es necesario ser grandes héroes –aunque algunos nacen para eso-, basta que lo seamos para quienes nos rodean. Si queremos trascender más allá de los límites, hagamos política; si queremos trascender dentro y fuera de uno mismo, hagamos arte.

al final

martes, 18 de noviembre de 2008
"Déjame vivir este sueño, el mejor que he tenido... quién sabrá el valor de tus deseos, quién sabrá?" Es una de las canciones de Soda Stereo que coreé junto a uno de mis mejores amigos, esos que conoces sin saber, Gabo. Si no me equivoco fue un 9 de diciembre de 2007 en el Estadio Nacional de Lima. Vinieron muchos temas. Agitados, saltando y cantando junto a miles de fans que formaban una única masa humana. Yo lloré sin vergüenza, sin temor a ser visto por nadie; es que cuando hay una multitud a tu alredor, ninguno sabe que existes.

Pero me perdí muchas tocadas. El tiempo, el trabajo, el dinero, entre otras cosas, impiden acercarse a los ídolos que construiste en algún momento de tu vida. Aquellos que dicen lo que tú no puedes; que cantan lo que tú un día quisiste cantar. Aquellos a los que nadie juzga de locos por revelar lo que tienen en sus huesos. Entre ellos, Paez y Calamaro. No pude cantar junto al primero, "... si alguna vez me cruzas por la calle, regálame tu beso y no te aflijas; si ves que estoy pensando en otra cosa, no es nada malo, es que pasó una brisa; la brisa de la muerte enamorada, que ronda como un ángel asesino; mas no te asustes, siempre se me pasa; es solo la intuición de mi destino". O reflejarne en cadáver exqusito, "... mi vida gira en contradicción, jamás conquisté mi corazón; mas dónde estaba cuando pasó lo que pasó, hablándome al espejo, solo". Y de Calamaro cantar, "Ella dijo ´que te vaya bien´, y le dije ´buena suerte y hasta luego´; y nunca más la volveré a ver, o tal vez sea en algún tiempo". O quizás, "... te quiero, te llevaste la cabeza y me dejaste el sombrero; te quiero, pero te olvidaste abril en el ropero, pero igual te quiero; no me gusta esperar, pero igual te espero; primero, te quiero, igual...". No, no pude cantar; ni con Fito, ni con Andrés. Ni siquiera sé si estuvieron incluidas en su repertorio. Y hace tan solo unos días, el 14 de noviembre, la banda escocesa Travis llegó a Lima junto a REM. Hubiese querido evocar, "Everyday in everyway I´m falling...".

Ahora, quisiera que nadie me juegue una broma de mal gusto. Que nadie me diga que no hay pase en la carretera por la poca materia gris que tienen nuestras autoridades... Nunca pude encontrarme con ellos en Lima. Las pocas veces que llegaron siempre estuve en un tiempo y en un lugar inadecuado. Lucybell. Sí, Lucybell llega a Trujillo. Esta banda chilena opaca el pensamiento antagónico que existe entre ambos países. Y es que en la música, para mí, no existe. La música es universal. Combinación de Lucy y belle. Lucy belle, nombre de la hija de Robin Guthrie y Liz Fraser; guitarrista y cantante, respectivamente, del grupo Cocteau Twins. Los chilenos, admiradores de esta banda escocesa, adoptaron este nombre. Este 13 de diciembre, quiero soñar que podré rasgar mi garganta e inflar mis pulmones para decir, "Sería tan fácil siendo lluvia, solo un roce y tendría que caer... siempre he estado vivo, al menos cuando he logrado llegar, a ver el sabor que dejó el temor de tener que olvidar". O aceptar de una vez por todas, "... quién puede ser la víctima sin ser victimario, secreto calvario... ". Y así, "... mi corazón sin odio y late, mi corazón filtra sangre, mi corazón bombea al viento, todo en calma". Y es probable que mis ojos se escurran cuando suene aquella canción que te dediqué alguna vez, "... al fin creeré que puedes controlar tu paz, seguro que al fin creeré, creeré que puedes salvarme; sonrié, puedes ser mi alma, sonríeme... seguro que tú puedes ser mi alma, calma... al final de mil caminos siempre habrá desvíos; al final de mil caminos, decido, te sigo...". Al final, al final de nuestros caminos, desearía que no hayan más desvíos, "ojos del silencio".


Es 10 de diciembre y me entero de la postergación del Primer Festival Indie Rock 2008 en Trujillo. No veré a Lucybell. Ya tengo mi entrada en la zona "Mil Caminos"; y además ya he escuchado mil veces sus últimos discos: "Lúmina" y "Comiendo fuego". Siento que es como una señal de mis eternas postergaciones. De mis ansias insatisfechas. Del fuego que se extingue. De las manos que me sueltan. De tu boca que se cierra. Del final del camino...

melodías del ayer

domingo, 16 de noviembre de 2008
No recuerdo exactamente cuándo la música llegó a mi vida. Solo recuerdo que siempre me gustó. Quizás porque Consuelo, mi madre, cantaba en las reuniones de la familia acompañada de su hermana y de su padre, mi abuelo José. Y creo que mi gusto por el rock se originó con el descubrimiento de unos discos de vinilo de los Beatles que se apilaban en la radiola vieja de la casa. También discos de nueva ola y otros. Pero en realidad, creo que fue John, mi hermano, quien de alguna manera tiene la mayor responsabilidad en haberme inculcado el gusto por el rock. No recuerdo qué edad tenía entonces, pero estaba chibolo. ¡Ja! Esos tiempos. Recuerdo que mi hermano llegaba a la casa con cassettes. Cassettes originales. Un día llegó con cassettes de Jimmy Hendrix, Stevie Ray Vaughan, Soda Stereo, The Police, ZZ Top, Journey, entre otros. Desde entonces, la música siempre me ha acompañado en cada paso que he dado en esta vida que recuerdo. En los buenos y malos momentos, siempre estaba allí. Con los amigos, conmigo mismo, con mis hermanos. Siempre estaba presente. Seguro que es por eso que ahora llevo mi MP4 a todos lados. La música es una de las mejores compañías que tengo. Bueno, antes se escuchaba mejor música en las radios. Ahora generalmente se escucha mucha porquería. Si quieres bailar, bailas nomás y te diviertes con cualquier cosa; pero para escuchar siempre hay más de una opción. En especial ahora con el Internet puedes encontrar una buena banda, un buen grupo, un buen solista, una buena melodía. Flaming Lips, The Libertines, Trembling Blue Stars, Morrisey, The Band of Horses y Doves son algunas de las bandas que llevo por el momento en mi reproductor. ¿Sabes que es una de mis frustraciones el hecho de no haber aprendido a tocar música? Quise estudiar música. No lo hice. Creo que pensé en que no iba a tener un futuro con eso. Ni siquiera se lo dije a mis padres. Ni siquiera saben que quería estudiar música. Lo que sí les pedí fue estudiar inglés, porque mi motivación era aprender las letras de las canciones de los grupos; en inglés obviamente, y cantarlas. Siempre me ha gustado cantar y me ha gustado bailar. Cuando tenía quince o dieciséis años visitaba a mi abuelo por parte de madre en Paiján. Paiján, este pueblito que queda cerca al Puerto Malabrigo o Puerto Chicama, como también lo conocen. Mi abuelo tocaba en una peña. Tocaba la guitarra. Él me enseñó a dominar las cuerdas. Aprendí algunas notas, los acordes básicos. Y de ahí es el gusto que tengo por la música criolla. Esas canciones que cantaba mi abuelo me vuelven nostálgico porque me acuerdo siempre de él. Creo que eso fue lo que hizo que pensara en estudiar música porque fue antes de que entrara a la universidad, fue estando en el colegio todavía. Pero mi abuelo tuvo parálisis parcial y se acabaron mis clases de guitarra. Mira, no sé qué es lo que más lamento; si la parálisis de mi abuelo o el hecho de no continuar con las clases. ¡Qué mal nieto! Luego de un tiempo él falleció y yo heredé una de sus guitarras, la que me mira desde un rincón y me dice que la desempolve. Cuando mi papá José falleció (así le decía), yo ya me encontraba estudiando algo que no me gustaba, una carrera técnica, Computación e Informática. Perdí mi tiempo estudiando aquello. Luego decidí estudiar una carrera que en cierta medida tiene relación con el arte, con la música, con la actuación, con todo eso: Ciencias de la Comunicación. No es que me sienta mal con esta carrera, me gusta mi carrera; pero hay cosas que uno deja de lado por alguna huevada que se te mete en la cabeza, porque sientes que no vas a poder hacerla, por miedo, por vergüenza, por la maldita sociedad, a veces hasta por los padres. Son huevadas. Son huevadas en realidad. Es peor despertar un día y levantarse y suspirar y decir por qué mierda no hice lo que quise hacer, por qué mierda no me arriesgué. Esa disconformidad de la vida, de llegar a un punto en el cual no sabes por qué tus decisiones tomaron otros rumbos. Puta madre por qué no le hable a esa chica que tanto me gustaba, por qué nunca le dije que me gustaba. Puta madre por qué no estudié eso. Puta madre por qué no viajé a tal ciudad. Puta madre por qué no agarré una mochila y me fui a aventurar por el mundo. Por qué no hice lo que realmente quería hacer. Llega un momento en la vida que miras hacia atrás y dices ya no hay tiempo. Algunos están enfrascados en relaciones sin sentido y no saben por qué. Mentira, traición, hipocresía y otras cosas más para mantenerlas. Hay relaciones que se derrumban. Insatisfacción. Es por eso creo. Es porque nunca viviste nada más. Viviste algo reducido, pasajero, en tu pequeño mundo y no conociste otras cosas. Intentar cambiar después de unos años es muy peligroso dicen algunos. Querer hacer las cosas que no has hecho antes. Algunos dicen hay tiempo para todo. No sé. No sé si hay tiempo para todo. Pero si estás detrás de estas letras o líneas, cualquiera que las lea: si tienes ganas de hacer algo, hazlo. Contigo mismo, con responsabilidad. Explicando las cosas que quieres hacer, si es que dependes de alguien. Pero, hazlo. No te digo que estropees la vida de otras personas; que vayas por encima de los demás ni nada, no. Te digo que camines a donde quieras, pero mirando el camino. Si quieres ser músico como un día yo quise serlo, puta madre hazlo; y si después de años ves que esa huevada no funcionó, no importa porque la viviste, la hiciste, la probaste. También creo que hay que pasar un tiempo a solas. La soledad es necesaria para encontrarse, para contar con esos pequeños espacios que te ayudan a entender tu vida, para gozarla, para vivirla, para aprender. Luego ya habrá tiempo para enseñar. Qué podemos enseñar si no hemos aprendido. Cuán buenos esposos podemos ser, si no hemos aprendido de otras relaciones. Qué buenos padres podemos ser, si no hemos aprendido a ser hijos y a contemplar de lejos a los niños. Qué buenos hijos podemos ser, si no hemos aprendido a querer y a considerar a nuestros padres. Qué buenos podemos ser en todo. Creo que hay un tiempo. Hay un tiempo. ¡Qué más da! Hay muchas cosas que podemos hacer. No nos arrepintamos luego. Creo que arrepentirse es simplemente reconocer que hiciste algo de lo que no estuviste totalmente seguro. Si tienes la seguridad de algo y lo haces, luego no tienes porque arrepentirte. Yo me arrepiento de no haber estudiado música. Me arrepiento de ciertas cosas. En general, ahora ya no me arrepiento mucho, quizás porque asumo los días de otra forma. Quizás he cambiado. No lo sé. Solo sé que quiero vivir un poco más. Y justo ahora recuerdo una película. Esta especie de remake de las películas de Wim Wenders que hicieron los gringos, a la que llamaron Ciudad de Ángeles. No es tan mal remake. Obviamente que las originales superan: Las alas del deseo y Tan lejos tan cerca. Pero recuerdo una parte en la cual este supuesto ángel, quien decide convertirse en hombre por un amor, se enfrenta a su ex compañero ángel y le pide explicaciones por la muerte de la joven a quien amaba. Le pregunta si fue un castigo de Dios por haberse convertido en hombre. El ángel, un ángel negro, que estaba a su lado y había tomado su forma visible negó el castigo divino. Son las probabilidades, le dijo. Son las posibilidades de la vida de tener algo en un momento y de que luego se te vaya sin más. Luego le hizo unas preguntas. ¿Si tú hubieras sabido el futuro? ¿Si tú hubieras sabido que al llegar a la tierra, que al convertirte en hombre, ella ya no iba a estar, hubieras venido de todas maneras? Y el ángel convertido en hombre le responde: sí. No me arrepiento de haber venido. He preferido tocar un segundo su piel, besar un segundo sus labios, tenerla un segundo entre mis brazos; que quedarme con la intriga de no haberla sentido, toda una eternidad.

“No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió…”. (Con la frente marchita - J. Sabina)

wasting time

jueves, 13 de noviembre de 2008
No tengo ganas de salir. He amanecido con una sensación de encapsularme en esta guarida que tengo. Tal vez a quedarme a dormir un poco más o a escuchar música o a leer un libro. El libro de Joseph Conrad, quizás, Corazón de tinieblas, que lo tengo por acá; en el que se basaron para hacer la película Apocalipsis Now. Es que vivo en el cuarto piso de un edificio decadente y me da pereza bajar, creo. Antes vivía en el tercer piso. Además los pasillos al bajar son fríos…, escalinatas de puro cemento y barandas de fierro. Y al salir al exterior tengo que saludar a unas ratas que generalmente están allí por la basura que se acumula en un cuartito que está preparado para arrojarla desde arriba. Huele mal al salir. Bueno, de una u otra manera Fonavi II es una de las mejores zonas aquí, dicen. Imagínate, un costeño viviendo en la sierra, disque por trabajo pero más fue por otras cosas. ¡Carajo!, cómo me gustaría ver la vida como esa familia de campesinos que están afuera sentados en el césped, bajo un árbol. Tienen como cuatro hijos y parece que no les preocupa nada de la vida, parece una locura. Quizás sea porque no sienten la necesidad de proyectarse. No sé. De tener algo más. De ir más allá. No tienen la necesidad, esa necesidad que nos vende la comunicación o los medios; de tener un hogar con la cocina último modelo, un carro; de tener la tranquilidad que te da el dinero, de tener la tranquilidad que te da la estabilidad – ¿y desde cuándo aquello nos da tranquilidad? Qué mierda, para ellos tal vez la vida sea follar, comer, dormir, defecar... Si vienen los hijos, que vengan, pero bueno, vienen, irresponsablemente... - ¿y cuán responsables somos los llamados civilizados, verdad? Al menos no se ven cagados por huevadas existenciales, tal vez estén cagados por huevadas materiales pero básicas, solo para sobrevivir. Uno de los niñitos que ya camina, tendrá tres años, lleva un pantaloncito de lana y se le ve el culo. No tiene calzoncillos. Lleva una manzana a la boca y no está muy limpia que digamos. Usa unos llanquecitos. La mamá todavía está dando de lactar a uno. El papá está tirado, reposando. Quizás después de una jornada de labor o no sé; aunque más parece afectado por el alcohol, con resaca. ¡Qué loco!... Yo me voy a mi trabajo. Y con estas ganas que tengo, creo que no va a ser un buen día. No es un buen día para no tener ganas. Es un buen día, porque hace sol, para ir a caminar. Eso. Me gustaría ir a caminar. A caminar por el campo y sentarme en la hierba y olerla profundamente; y ver el cielo con las nubes blancas antes de que oscurezcan, para sentir que los días no solamente son oscuros y con lluvia – aunque me gusta la lluvia. Pero de vez en cuando hay que sentir que los días son cálidos y con bastante luz y con el sonido, de repente, de las aves. Aquí en la ciudad ya no se escuchan las aves. Solo escucho carros, y ruidos y cláxones, y eso. Definitivamente es un buen día para salir a caminar.

la casa del minotauro

martes, 11 de noviembre de 2008
¿Por qué ya no puedo retroceder? O ¿Por qué ya no puedes retroceder?

No lo sé. Le dijo Lucas a Alberto mientras colocaba un cigarrillo entre sus labios dispuesto a encenderlo. Al parecer la pregunta lo distrajo de su tarea y tomó el cigarrillo entre sus dedos para intentar construir una respuesta. Luego le dijo. A mí me da miedo avanzar. Al final es la misma huevada. No sé. A veces creo que estoy parado en un solo punto. Mira, retroceder creo que implica ir hacia el pasado, ¿verdad? Tratar de reconquistar las cosas que dejaste en el camino: la antigua flaca, si te peleaste con tus padres tratar de reconciliarte, si tienes hijos intentar ser un buen padre y otra vez buscarlos, si ofendiste a alguien, disculparte. No sé. ¿A eso te refieres?

Alberto le dijo, creo que sí. Retroceder, o sea, dejar lo que estoy haciendo ahora, mejor dejarlo ahí y buscar lo que antes…, o lo que creo que antes formé y abandoné. Pero tú ahora me dices que te da miedo avanzar y yo te pregunto cuál es la diferencia.

Mira, yo te dije que me da miedo avanzar, y te dije también que creo que es la misma huevada…Lo que pasa es que tú retrocedes sabiendo lo que más o menos tienes. Si crees que tuviste algo significativo con alguien tienes que intentar buscarla y tratar de empezar otra vez esa vida que una vez dejaste. Si tienes deudas pendientes en el pasado; con tus padres, con tus amigos, con lo que sea; debes buscar esas respuestas. Si crees que puedes hacerlo, bien. Si crees que puedes hacerlo para que no vuelvas a caer en las mismas pesadillas y para que no defraudes otra vez a esa persona o a esas personas, bien. Creo que si puedes retroceder… Yo te digo que tengo miedo avanzar y siento que estoy parado en un solo punto. Y avanzar, como digo que es la misma huevada…, creo que…, es que no sabes qué te va a deparar el futuro y entonces por eso me quedo parado en el mismo lugar. No quiero tener esperanzas, no quiero creer en que voy a ser feliz, y no quiero creer en que todas las cosas se van a solucionar. En que voy a ser una persona que voy a lograr lo que siempre he querido o que voy a concretar mis sueños. A veces siento que no puedo creer en eso ya. Entonces tal vez prefiera quedarme en un solo lugar, o sea esperar a que las cosas vengan a mí y tomarlas como vengan. A las finales sé que eso me va a cagar la vida también, y va a cagar la vida de otras personas, también. Imagínate que llegue alguien que carezca de significado…, alguien…, y que yo solo me deje llevar. Finalmente voy a terminar cagando a esa persona, no sé si me importaría, pero yo ya no quiero sufrir más. No sé. Si piensas que soy un pendejo, si piensas que soy superficial, si piensas que soy una piedra o un decepcionado de la vida, piénsalo; pero yo, yo siento que no puedo avanzar, ni retroceder. Quisiera avanzar, claro, quisiera encontrar a alguien que me ayude a avanzar, pero por ahí aparece la mierda psicológica que dice que no puedo esperar a que otro venga y me dé la mano y me ayude a avanzar. Dice que soy yo el que debo avanzar. Eso quiere decir entonces que..., quiere decir entonces que… hay que conocerse a sí mismo primero, luego avanzar. Tal vez sea eso. Tal vez sea eso realmente. Yo no sé, como dice Bersuit: ¡quién robo mis años! Es sencillamente que no estás satisfecho con lo que eres, y si no estás satisfecho con lo que eres es porque no sabes quién eres, y si no sabes quién eres, estás cagado. Entonces, ese hecho de no saber quién eres te hace querer buscar muchas cosas. Pero ese buscar no significa que estás avanzando, significa que estás yendo al mismo lugar de siempre; o sea que estás dando vueltas y vueltas y vueltas. Dejaste muchas cosas atrás, que es lo que tú quieres hacer…, tú quieres recuperar lo que dejaste atrás porque probablemente lo que dejaste atrás sea aquello que te va a convertir en esa persona con un sentido. Probablemente lo que dejaste atrás es lo que te va a hacer encontrarte a ti mismo. Yo creo que sí, creo que en el pasado nos encontramos, pero el problema es que no queremos regresar al pasado. Tenemos miedo de hacerlo. Tenemos miedo porque nos vamos a enfrentar a cosas que no queremos… no sé, nos hacen recordar cosas, pero creo que allí está la clave. No nos vamos a poder encontrar en el futuro, creo que ese es el problema. Yo creo que me puedo encontrar a mí mismo en este mismo punto en donde estoy, de repente en el presente. Tan solamente, si esa chica me hiciera caso, ¿dices no? O si de repente tuviera más dinero, o si de repente no fuera como soy, o si de repente fuera diferente físicamente me sentiría mejor, si tuviera más amigos, si tuviera otros padres, si viviera en otra ciudad, en otro contexto, si de repente hubiera nacido en un lugar que no hubiera sido este puto país. Te das cuenta. O sea siempre estamos descontentos de lo que tenemos. ¿Por qué? Porque no sabemos quiénes somos, porque no nos gustó nacer en este país, porque creemos que somos unos fracasados, porque no tenemos dinero, porque si no tenemos a la chica comprensiva y linda somos unos perdedores. Creemos que el hecho de encontrarse a sí mismo es que todo esté bien, pero puede ser que no. En realidad creo que el encontrarse a sí mismo es una cuestión de…, es una cuestión de sufrirla a veces; de vivirla, de caerse un rato y de levantarse y decir puta madre me he podido levantar. Y está bien que haya nacido en este país, y está bien de repente que no tenga todo el dinero del mundo, está bien de repente que no sea tan atractivo como otros, está bien que de repente me sienta solo a veces; pero eso te va a hacer, no sé, que seas único, tal vez. Ojalá pueda pensar como tú. ¿Por qué no puedo retroceder? Sí, de repente ir un poco atrás para encontrarme. De repente no me voy a poder encontrar en este punto en donde estoy. ¿Y si avanzo? Es que no puedo avanzar si no me encuentro. Es como sentir que no puedes avanzar porque, porque no tienes combustible, ¿no? Es como si fueras una especie de máquina que te quedaste parado porque no tienes combustible, pero tampoco puedes retroceder ¿no? Sin combustible tampoco puedes retroceder. A veces queremos que alguien nos proporcione un poco de combustible. De repente tal vez si hay alguien, no sé dónde. A veces la espero. Y quisiera creer que ese combustible es el amor, o la esperanza. O no sé qué mierda puede ser pero hay algo que debe impulsarnos. Debe haber una energía que nos impulse para vivir, una energía que nos impulse para avanzar, para retroceder, para tratar de ser mejor, para encontrarse en el pasado o avanzar hacia el futuro, pero sintiendo que puede ser algo más. Puta madre son tantas palabras y a veces ya no sabes que son. Ojalá sirvan, de algo.

Lucas colocó el cigarrillo de vuelta entre sus labios y lo encendió. Golpeó fuerte y luego exhaló una gran bocanada de humo. Los dos caminaron y se perdieron en la perspectiva; uno retrocedía, y el otro no avanzaba.


"Simón piensa que a veces piensa demasiado. Y a menudo siente que no siente nada, que todo le resbala. La gente tiende a posponer aquellos aspectos que más le cuestan. Quizás ahí estuvo su error: Simón nunca planeó nada y ahora está pagando el costo de haber vivido siempre en el presente. El problema es que su presente es igual a su pasado, y si algo no cede, el futuro no se ve muy promisorio. Simón se alegra de que nadie pueda saber lo que piensa. No sabría cómo justificarse. No sabría por dónde empezar". (Cortos - A. Fuguet)

reflexiono acerca del amor...

domingo, 9 de noviembre de 2008
tiene sentido?
existe?
puede traspasar barreras?
puede traspasar el tiempo?
es indispensable para nuestra especie?
o solo es una moda romántica de las letras, la música, el cine o el arte?
una ilusión?

quién cree de verdad en el amor?
quién –en estos tiempos- habla o discute acerca de él?
importa el corazón?
la entrega
el respeto
la comprensión?

prevalecerá el amor?
o prevalecerán los juegos de seducción?
el mundo del engaño
de la fantasía
de la traición?

quién cree en el amor?
quién cree en los sentimientos?
importa el corazón?
acaso lo único que importa no es la satisfacción del yo?
el culto al placer?
la sujeción del débil y el egoísmo desmedido?
las máscaras del mejor postor?

reflexiono acerca del amor
de repente es solo una palabra
de repente solo una definición semántica, artística o filosófica
de repente pura mística y religión
de repente no existe
o si existió
ya nos abandonó

telaraña

jueves, 6 de noviembre de 2008
Ya cayó la noche. Luego de pasear un rato, o mejor dicho de dar vueltas, descanso no sé por qué motivo en el piso pavimentado que da a la parte trasera del auditorio. Mis pies reposan en el pasto y éste está húmedo. Contemplo el cielo nublado y negro y solo diviso veintisiete estrellas a las que he contado dos veces, tal vez para convencerme de que he capturado a las que no se ocultan de mí. Reflexiono. Creo que es probable que necesite solo a una de ellas para cambiar mi destino a partir de esta noche.

Siento a mis pies helados. Seguro que es por tenerlos mucho tiempo en el pasto y no porque de niño no me dieran cariño -alguna vez alguien me dijo eso. También siento que mi alma está triste, para variar, otra vez; y aunque ya es una sensación familiar, me pregunto qué hice mal. ¿Realmente soy tan bajo para sentir que la carga es tan pesada? Carajo. Ni siquiera pedí venir. Me refiero a existir. Bueno, nadie pide nacer, nacemos y ya. A veces creo que la felicidad no es otra cosa que la tranquilidad de la muerte.

En seguida pienso que es posible que la tristeza sea solo un poco de frustración. Exhalo. Claro, me doy cuenta que las segundas oportunidades se alejan de mí, y mi único reflejo es quedarme estático a bordo de una nave invisible que se dirige irremediablemente a un destino al que nunca quise ir. Esa frustración de ser aquella persona que soy y que nunca pensé en ser. Estar convencido de que debo abortar cualquier proyecto que suponga mi bienestar porque suena muy egoísta, y que debo dejarme llevar por el pasado sin protestar para no lastimar a nadie más… Después de todo, parece que el cielo nublado y negro con sus veintisiete estrellas va a permanecer igual.

exequias

martes, 4 de noviembre de 2008
he muerto muchas veces y cada funeral siempre tiene algo parecido
recuerdo cada lápida con mi nombre inscrito pero no recuerdo las fechas
también recuerdo que no había flores ni personas sosteniendo lágrimas

he luchado con el tiempo porque no creo en él ni en sus promesas
he tomado la fría mano de la muerte como la mejor opción
he convocado a los cuervos para que despedacen mi corazón y no vuelva a latir

he muerto muchas veces y en cada funeral nunca estuvo nadie

la tierra de un mejor lugar

domingo, 2 de noviembre de 2008
Hay personas que desaparecen sin más. Lo deciden en alguna oportunidad que se les presenta y enrumban. Yo, quiero desaparecer hoy y aparecer mañana. No suena coherente. Hay ocasiones en la vida en las que debes marcharte. No sé. Cuando incomodas con tu presencia, cuando te echan de algún lugar, cuando no te quieren, cuando ya se hizo tarde, cuando ya se acabó el día, cuando simplemente tienes que dar la vuelta y largarte. Suena extraño pero siempre lo hacemos, siempre nos vamos; siempre vamos a aquel lugar fijo y seguro al que llamamos casa, al que llamamos hogar, o por último, habitación. Creo que yo no las tengo. Creo que tengo un rincón. O tal vez un refugio. Eso. Casa no tengo, ni hogar. Verás que ahora ya no puedo regresar, o sea debo desaparecer. Eso es lo que da pena, partir y no volver; todos los días nos vamos y volvemos, lo triste es alejarse y alejarse y perderse y perderse y no encontrar el camino de vuelta, o en todo caso, ya no querer encontrarlo. ¿Te das cuenta? Todos regresamos cuando vamos a casa. Yo siento que no la tengo. La perdí porque nunca la tuve o quizás desde niño nunca quise tenerla. Y no puedes regresar a aquello que nunca tuviste. Simple. Es rara la sensación de no pertenecer geográficamente a ningún punto, pero es más extraña la sensación de no pertenecer espiritualmente a ningún lado. Terminas sintiéndote un vagabundo, un mendigo, un indigente, casi arañando aquella realidad de no sentirte un ser humano. Y es que termina el día y llegas a un rincón que no te pertenece. Yo lo sé. Y a pesar que quiera a aquel refugio por las pequeñas historias que al final del día allí se convierten en recuerdos, sé que algún día o noche tendré que emigrar a otro espacio igual o peor o mejor, pero con sus perennes u ocasionales vacíos. Y es que no existe la palabra casa. Y es que no existe la palabra hogar. No existe una cueva perenne. No existe una compañía perpetua. Ni un perro. Ni siquiera una sonrisa que otorgue esperanza. Así pasan mis días. Así pasa mi corta estadía. Y sobre todo los domingos. Sí. Por eso los aborrezco, porque son los días más intensos en los que debo recordar, como una maldición o castigo de los dioses, que no soy nada ni nadie, que los adverbios de lugar no existen para mí porque estoy y no estoy. Solo soy pasos que recorren tu ciudad, que la rodean, que ascienden por tu calle pero saben que descienden. En el fondo sé que se desplazan incansablemente porque buscan una razón para detenerse. Buscan una razón para descansar. Buscan un hogar. Buscan la tierra de un mejor lugar.

lógica

sábado, 1 de noviembre de 2008
nunca digas nunca...

nunca asesines amores
nunca resucites engaños
nunca despojes corazones
nunca entregues vidas
nunca contemples ilusiones
nunca alucines ficciones

nunca dibujes soledades
nunca transcribas pasiones

nunca cubras rostros
nunca desnudes almas
nunca regales miradas
nunca reprimas espejos

nunca vivas mentiras
nunca falsees verdades
nunca duermas libertades
nunca despiertes prisiones
nunca enamores argumentos
nunca razones sentimientos

nunca llores recuerdos
nunca goces fantasías
nunca construyas rencores
nunca destruyas puentes
nunca pidas tiempo
nunca des todo

nunca abandones sangre
nunca plantes cruces
nunca abras venas
nunca cierres suspiros
nunca medites demonios
nunca exaltes sudores

nunca tomes placebos
nunca rechaces resplandores
nunca juegues guerras
nunca alejes enseñanzas
nunca desees pieles
nunca lastimes heridas

nunca empobrezcas pobrezas
nunca atesores riquezas
nunca cierres cielos
nunca abras infiernos
nunca olvides silencios
nunca recuerdes tinieblas

nunca confieses lágrimas
nunca niegues sonrisas
nunca alejes lluvias
nunca acerques tormentas
nunca grites adioses
nunca calles poesías

nunca limpies ayeres
nunca sueñes futuros
nunca descartes presentes

nunca digas jamás...