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martes, 27 de enero de 2009Gabriel, Fernando y yo empezamos un proyecto a fines de 2007: El bar NEXT DRINK. La verdad, esas fechas no fueron un buen punto de partida para mí: el ciclo de una relación amorosa terminaba con un sabor a hiel y el Año Nuevo 2008 se convertía en un abismo sin fondo. Sentía el vértigo y nunca paraba porque sentía que seguía cayendo. El bar se convirtió, de pronto, en un refugio; pero a la vez también se convirtió en un lugar desguarnecido. Me sentía, a veces, seguro, y otras veces, frágil e indefenso. Creo que me fusioné con él, mas no con el objetivo comercial. Me sentía más como un cliente y no como uno de los dueños. Era como sentir que solo apoyaba a unos buenos amigos y mi ganancia era la obtención del olvido; ese olvido que proporciona el ambiente vicioso de la superficialidad y la decadencia sumados al argumento inconciente de la decepción. No sé cómo soporté mi “trabajo” en el bar y mi trabajo en la universidad. Solo sé que vi pasar una película muy rápido: luces, colores, música, alcohol, mujeres, amigos, conversaciones, bromas, molestias, deseos, búsquedas, euforias y, al final un fondo en blanco y negro con el ambiente vacío y una despedida temporal con los créditos de todos los actores y colaboradores de la misma. Next Drink, en aquel momento, se convirtió en una parte de mi historia; en un pedazo de mi vida; en una parte del sonido de una carcajada; en una parte del líquido de una lágrima. Fueron noches y madrugadas azules. Fueron noches y madrugadas negras. Fueron noches y madrugadas llenas de color. Pero esas noches y madrugadas terminaron casi a mediados de la segunda mitad de 2008.
Algunas veces me he puesto a pensar si sirvo para ser empresario. Quizás sí, quizás no. No lo sé. En aquel momento mi satisfacción fue pura sensibilidad y búsqueda. No podía racionalizar con él. Mis planes y conocimientos empresariales se quedaban en el fondo del vaso de licor o se esfumaban con el humo del cigarrillo. Tenía tantas cosas en la cabeza. Ideas, propuestas, objetivos, etc., pero sentía que el feeling se perdería. Era como una relación. Es difícil racionalizar a un sentimiento.
Bueno, “el NEXT” abre sus puertas otra vez. Tenemos una nueva ubicación, una nueva decoración, un nuevo concepto, algunos nuevos empleados, y un logo no tan nuevo para posicionar. La marca es la misma y la sociedad también: Gabo, Fer y yo. Ahora, me gustaría saber cuánto hemos cambiado. Antes pensaba que las personas no podían cambiar, pero ahora creo lo contrario. Claro, no quisiera que Next deje de ser un sentimiento; pero hay veces que hasta los sentimientos hay que pensarlos. Justo ahora estoy elaborando un plan estratégico en comunicación para la empresa en la que laboro; y me pregunto por qué no puedo elaborar uno para mi propia empresa. Hay voces en mi cabeza que me dicen que quizás no soy frío, ni calculador, ni ambicioso, ni líder, ni nada. Pero también hay voces que me dicen que soy apasionado en muchas cosas. Ya es un principio. Ya es algo. Tal vez si me hago un FODA, digo. Luego digo, son cojudeces. Digo, sé qué es lo que puedo dar y hasta dónde. Al final uno mismo sabe cuáles son sus fortalezas y debilidades. Cada uno de nosotros las tiene. Solo es cuestión de convencerse y encaminarse. Por mi lado, Next seguirá en mi corazón, pero buscaré también que esté en mi mente.
Este viernes 30 de enero de 2009 en Jr. Del Comercio –una de las calles principales del centro de la ciudad- empieza la Nueva Temporada de NEXT DRINK en Cajamarca. ¡Qué venga!