wasting time
No tengo ganas de salir. He amanecido con una sensación de encapsularme en esta guarida que tengo. Tal vez a quedarme a dormir un poco más o a escuchar música o a leer un libro. El libro de Joseph Conrad, quizás, Corazón de tinieblas, que lo tengo por acá; en el que se basaron para hacer la película Apocalipsis Now. Es que vivo en el cuarto piso de un edificio decadente y me da pereza bajar, creo. Antes vivía en el tercer piso. Además los pasillos al bajar son fríos…, escalinatas de puro cemento y barandas de fierro. Y al salir al exterior tengo que saludar a unas ratas que generalmente están allí por la basura que se acumula en un cuartito que está preparado para arrojarla desde arriba. Huele mal al salir. Bueno, de una u otra manera Fonavi II es una de las mejores zonas aquí, dicen. Imagínate, un costeño viviendo en la sierra, disque por trabajo pero más fue por otras cosas. ¡Carajo!, cómo me gustaría ver la vida como esa familia de campesinos que están afuera sentados en el césped, bajo un árbol. Tienen como cuatro hijos y parece que no les preocupa nada de la vida, parece una locura. Quizás sea porque no sienten la necesidad de proyectarse. No sé. De tener algo más. De ir más allá. No tienen la necesidad, esa necesidad que nos vende la comunicación o los medios; de tener un hogar con la cocina último modelo, un carro; de tener la tranquilidad que te da el dinero, de tener la tranquilidad que te da la estabilidad – ¿y desde cuándo aquello nos da tranquilidad? Qué mierda, para ellos tal vez la vida sea follar, comer, dormir, defecar... Si vienen los hijos, que vengan, pero bueno, vienen, irresponsablemente... - ¿y cuán responsables somos los llamados civilizados, verdad? Al menos no se ven cagados por huevadas existenciales, tal vez estén cagados por huevadas materiales pero básicas, solo para sobrevivir. Uno de los niñitos que ya camina, tendrá tres años, lleva un pantaloncito de lana y se le ve el culo. No tiene calzoncillos. Lleva una manzana a la boca y no está muy limpia que digamos. Usa unos llanquecitos. La mamá todavía está dando de lactar a uno. El papá está tirado, reposando. Quizás después de una jornada de labor o no sé; aunque más parece afectado por el alcohol, con resaca. ¡Qué loco!... Yo me voy a mi trabajo. Y con estas ganas que tengo, creo que no va a ser un buen día. No es un buen día para no tener ganas. Es un buen día, porque hace sol, para ir a caminar. Eso. Me gustaría ir a caminar. A caminar por el campo y sentarme en la hierba y olerla profundamente; y ver el cielo con las nubes blancas antes de que oscurezcan, para sentir que los días no solamente son oscuros y con lluvia – aunque me gusta la lluvia. Pero de vez en cuando hay que sentir que los días son cálidos y con bastante luz y con el sonido, de repente, de las aves. Aquí en la ciudad ya no se escuchan las aves. Solo escucho carros, y ruidos y cláxones, y eso. Definitivamente es un buen día para salir a caminar.