filosofía de invierno
¿Cuál es la diferencia entre recordarte y dejarte en el pasado? O, es lo mismo. También está, no sé si has escuchado la frase: 'eres el pasado que no quiero recordar'. ¿Qué significa? De repente vas a decir, otra vez el estúpido existencial...
A mí me parece que hay recuerdos que siempre llevamos en el presente y otros que ya se convirtieron en pasado. Los pasados que no se quieren recordar, por ejemplo, son aquellos que nunca se pueden olvidar. O sea, continúan presentes. Siguen abiertos. Vivos. Latentes. Justamente por eso uno no los quiere recordar. Saben que hieren. Que nunca se cerraron. Que siempre existirá una posibilidad. Es tu corazón que encargaste en mi pecho.
Por otro lado, dejarte en el pasado significa la muerte. Significa que ya no hay vida. Que cumplió su ciclo. Que se cerró la puerta. La tranquilidad de poder tener otra posibilidad.
¿Con cuál de las dos te quedas?
Yo, justo ahora que abre un poco el sol digo puta madre qué frío.
Porque tengo miedo que tu amor sea algo que en el pasado no pueda recordar. Que te esfumes. Te vayas. No me contestes. Te cierres. Que no me quede más salida que la de dejarte pasar. Es una mierda la segunda posibilidad.
Sin embargo, cuando te miro, no me queda más que rendirme y aceptar que de todos los caminos eres el más parecido al amor. Ése que se ocultó todo el tiempo y, de repente, aparece como una tempestad. Arruina tu verdad. Te destruye. Te silencia. Te calma. Te da vida. Te esperanza. Te mata. Aquel camino que mata y nunca muere. La primera posibilidad. Esa que nunca se va a cerrar. Y hasta me atrevo a decir que soy lo mismo para ti. Soy el coro de la canción que te hace llorar. Soy el que no muere y mata. Soy esa especie de enigma que descifraste. Aquella ruta oculta que nunca te arriesgaste a tomar. Y tú, y mil disculpas si te lo digo así. Eres el calor que le hace falta a mis huesos por las noches y la sonrisa que le hace falta a mi rostro por el día.
A mí me parece que hay recuerdos que siempre llevamos en el presente y otros que ya se convirtieron en pasado. Los pasados que no se quieren recordar, por ejemplo, son aquellos que nunca se pueden olvidar. O sea, continúan presentes. Siguen abiertos. Vivos. Latentes. Justamente por eso uno no los quiere recordar. Saben que hieren. Que nunca se cerraron. Que siempre existirá una posibilidad. Es tu corazón que encargaste en mi pecho.
Por otro lado, dejarte en el pasado significa la muerte. Significa que ya no hay vida. Que cumplió su ciclo. Que se cerró la puerta. La tranquilidad de poder tener otra posibilidad.
¿Con cuál de las dos te quedas?
Yo, justo ahora que abre un poco el sol digo puta madre qué frío.
Porque tengo miedo que tu amor sea algo que en el pasado no pueda recordar. Que te esfumes. Te vayas. No me contestes. Te cierres. Que no me quede más salida que la de dejarte pasar. Es una mierda la segunda posibilidad.
Sin embargo, cuando te miro, no me queda más que rendirme y aceptar que de todos los caminos eres el más parecido al amor. Ése que se ocultó todo el tiempo y, de repente, aparece como una tempestad. Arruina tu verdad. Te destruye. Te silencia. Te calma. Te da vida. Te esperanza. Te mata. Aquel camino que mata y nunca muere. La primera posibilidad. Esa que nunca se va a cerrar. Y hasta me atrevo a decir que soy lo mismo para ti. Soy el coro de la canción que te hace llorar. Soy el que no muere y mata. Soy esa especie de enigma que descifraste. Aquella ruta oculta que nunca te arriesgaste a tomar. Y tú, y mil disculpas si te lo digo así. Eres el calor que le hace falta a mis huesos por las noches y la sonrisa que le hace falta a mi rostro por el día.
Hey saludos...pasaba por acá y le dí un vistazo a tu blog
27 de julio de 2010, 9:26 p.m.
Ah por cierto....interesantes tus publicaciones :)
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