walk-walk away-walk on
Me gusta caminar de madrugada por el Jr. El Comercio -dejando el next drink- hasta la Plaza de Armas. Justo esta madrugada camino y me gustaría seguir caminando, pero asumo que podría ser peligroso; así que tomo un taxi casi llegando a 2 de Mayo y me dirijo a mi rincón.
Siempre me ha gustado caminar. En Trujillo, casi siempre, caminaba. Cuando estudiaba en la universidad caminaba desde la cuadra 9 de la Av. El Ejército hasta la Av. Húsares de Junín. Salía de la UPN y tomaba todo Ejército, luego cruzaba la Av. España para internarme en Independencia, así llegaba hasta la Plaza de Armas y la cruzaba mirando a "la libertad" para tomar Pizarro y atravesar nuevamente la Av. España; de esa manera salía a la Av. Larco -la que más me gusta transitar-, y casi a la altura de la tercera cuadra llegaba a la intersección que divide ambas avenidas e indica el comienzo de la Av. Húsares. Aquel trayecto me conducía directamente al ICPNA, ahora El Cultural. Allí estudiaba inglés.
Caminar es, para mí, casi como una terapia. Caminar me ayuda a pensar. Me ayuda a reflexionar. Me ayuda a tomar decisiones. Me ayuda a salir del estrés. A veces, me "ayuda" a estresarme más. Pero, la mayoría de veces me ayuda a sentir que estoy avanzando a pesar de que puedo estar retrocediendo. Caminar me permite ver el cielo. Me permite tiritar por las noches con ciertas estrellas y me permite brillar constantemente, con otras. También me deja ver el asfalto, la acera, la ciudad. Me permite saber que puedo inspirar y espirar el aire a mi alrededor. Sentir mi pecho. Me permite entender la posibilidad de continuar. Caminar es caminar. Es no correr. Quizás, huir. Huir de mí. Huir de ti. Huir de todos. Huir del mundo. Huir de Dios. Huir de nada. Solamente caminar. Lo curioso es que, en estos momentos, camino con las mismas zapatillas con las cuales caminaba en aquellos tiempos de universitario. Unas Chucks negras. Aunque ahora ya no tan negras porque envejecieron. En realidad, hemos envejecido juntos y nos hemos mimetizado para cortar el viento y secarnos naturalmente las lágrimas e impulsarnos entre tierra, piedras, ladrillos, veredas, nuevos y viejos caminos. Las Chucks rotas "del Gian". Mira que no recuerdo haberlas lavado muy a menudo. Solo de vez en cuando pasarles un trapo húmedo por las plantas blancas de la base, sin tocar la lona. El logo, siempre intacto. Cuando las dejo descansar, en los talones, se ven marcas del pegamento que deja el masking tape, el cual utilizo para que mis jeans no arrastren. Menos mal que no tengo mal olor en los pies, sino ya estarían en el recuerdo. Definitivamente, algún día quedarán en el recuerdo, pero por otras razones, como las amarillas y las turquesas que tuve. Murieron. Ahora, también tengo unas completamente negras y me encantaría tener unas con la bandera de Inglaterra, unas celestes, unas azules, unas grises y varios pares de negras, clásicas. Sé que algún día dejaré de caminar. Moriré. En aquel momento espero que algunas queden en el closet para que camine Gianluca. Sin embargo hoy, me quedé con las ganas de caminar un poco más. Me quedé con las ganas de seguir caminando. De avanzar. Me quedé con las ganas de caminar nuevamente contigo.
2:00 a.m.
yo quiero las converse modelo que usaba slash, para mi cumple me las autoregalare, sin tilde pa que sea ma shevere
15 de mayo de 2009, 3:54 p.m.
Me quedé con las ganas de caminar nuevamente contigo... yo también.
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